Datos básicos
Clasificación: Patrimonio natural
Clase: Espacios protegidos
Tipo: Monumentos naturales
Comunidad autónoma: Principado de Asturias
Provincia: Asturias
Municipio: Ribadesella
Parroquia: Leces
Entidad: Vega
Comarca: Comarca del Oriente de Asturias
Zona: Oriente de Asturias
Situación: Costa de Asturias
Código postal: 33345
Cómo llegar: Entrepeñes y Playa de Vega
Dirección digital: 8CMPFVF9+64
Entrepeñes y Playa de Vega
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Descripción:
Un desfiladero y una playa virgen forman parte de este Monumento Natural.
El desfiladero de Entrepeñes y la Playa de Vega se encuentran cerca de la población de Vega en el concejo asturiano de Ribadesella. Esta zona protegida, catalogada como monumento natural (Decreto 142/2001, de 5 de diciembre), abarca unas 37 hectáreas incluyendo la playa, el arroyo del Acebo y el desfiladero de Entrepeñes. En todo este espacio confluyen varios aspectos biológicos y geológicos convirtiéndolo en uno de los de mayor interés ambiental de la costa asturiana. Entre estos aspectos destacan:
- Un sistema de dunas con aliseda pantanosa, bosque muy poco frecuente en la región.
- Las foces u hoces de entrepeñes o entrepeñas con ricos yacimientos paleontológicos, icnitas de dinosaurios y los vestigios de los diferentes niveles del mar
- Una ancha llanura aluvial en donde se encuentra el pueblo de Vega, que en tiempos primitivos se trataba de un estuario, el cual, por la acción de la sedimentación, se ha convertido en un estuario fósil.
Dentro de la vegetación cabe destacar la manzanilla bastarda y las mosquitas doradas (especie en peligro de extinción). En cuanto a fauna existen dos zonas: la de la playa, en la que aparecen cormoranes y gaviotas, y la del desfiladero, en la que aparecen el halcón peregrino y la rana verde.
Las hoces de Entrepeñas, desfiladero creado por el arroyo del Acebo; la playa de arenas de Vega, con su pequeño pero valioso sistema dunar donde se encuentran especies como el barrón, nardo marino, correhuela de las dunas, grama de mar, manzanilla bastarda, mosquita dorada, lechetrezna de las dunas; una aliseda pantanosa, extremadamente rara, ricos yacimientos paleontológicos, huellas de dinosaurios y vestigios de los diferentes niveles del mar a lo largo del tiempo, conforman este espacio de gran belleza.
La playa de la Vega es el arenal perfecto para los amantes de las playas casi vírgenes. Incluso en los meses de mayor afluencia, la sensación de tranquilidad y sosiego es inmensa. Se puede recorrer el entorno de la playa gracias a una pasarela de madera, que ayuda a mantener intactas las características de este bello escenario.
La playa de Vega ha sido catalogada como Punto de Interés Geológico -PIG- por el Instituto Geológico y Minero de España.
Información técnica
El conjunto formado por las hoces de Entrepeñes y la playa de Vega-Berbes ha sido declarado Monumento Natural.
Hoces de Entrepeñes y playa de Vega
- Descripción: Desfiladero y playa.
- Estado legal: Monumento Natural declarado por Decreto 142/2001.
- Superficie: Aproximadamente, 37 ha.
- Localización: concejo o municipio de Ribadesella (Asturias), próximo a la localidad de Vega.
- Accesos: Desde Ribadesella (capital del concejo de igual nombre), siguiendo la N-632 en dirección a Villaviciosa y, a partir de Barredo, la local RS-4 a Vega.
- Vegetación representativa: Comunidades de duna. Alisedas pantanosas.
- Fauna representativa: Gaviotas, cormoranes, halcón peregrino y rana verde.
- Otros valores: Acantilados fósiles. Huellas de dinosaurios.
- Otras figuras de protección: Declarado Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) de Playa de Vega. Catalogada como playa natural por las Directrices Subregionales de Ordenación del Territorio para la Franja Costera de Asturias.
Localización y accesos
El espacio comprende el desfiladero de Entrepeñes junto a los roquedos cuarcíticos, la llanura aluvial en la desembocadura del arroyo del Acebo, sobre la que se asientan alisedas pantanosas y vegetación palustre, y el sistema dunar localizado junto a la playa conocida con el nombre de Vega.
El desfiladero de Entrepeñes y la playa de Vega se localizan en el concejo de Ribadesella, a unos 10 km al oeste de la capital municipal.
El acceso a la playa se realiza desde la N-632, tomándose a la altura de Barredo, aproximadamente a 9,5 km de la capital riosellana en dirección a Villaviciosa, la pequeña carretera que en poco menos de 2 km lleva hasta la aldea de Vega.
Características naturales
En el Monumento Natural de Entrepeñes y playa de Vega concurren una serie de elementos biológicos y geológicos que lo convierten en uno de los de mayor interés ambiental de la costa asturiana.
Entre los elementos biológicos destacan un pequeño pero valioso sistema dunar y una aliseda pantanosa, bosque extremadamente raro en la región.
Entre los geológicos y geomorfológicos cabe citar las foces de Entrepeñes, excavadas por el arroyo del Acebo, ricos yacimientos paleontológicos, huellas de dinosaurios impresas sobre el roquedo de los acantilados, y los vestigios de los diferentes niveles del mar a lo largo del tiempo: un estuario fósil, antiguas superficies de abrasión marina y acantilados fósiles alejados ya de la actual línea de costa. Por ello, la playa de Vega ha sido catalogada como Punto de Interés Geológico (PIG) por el Instituto Geológico y Minero de España.
Desde que se abandona la N-632, la carretera a Vega se interna en el estrecho desfiladero que forman las foces de Entrepeñes, excavadas por el arroyo del Acebo en el roquedo cuarcítico.
Rebasadas las foces, el paisaje se abre bruscamente a la ancha llanura aluvial sobre la que se sitúa el pueblo de Vega. Dicha llanura constituyó en su momento un estuario que fue paulatinamente colmatado por sedimentos fluviales hasta su total relleno; es lo que geomorfológicamente se conoce como un estuario fósil. Casi de inmediato aparece a orillas del cauce una aliseda pantanosa extraordinariamente bien conservada. Este tipo de formación ocupa lugares encharcados en los que la escasa circulación del agua da lugar a suelos deficitarios en oxígeno. En estas condiciones el estrato arbóreo aparece dominado en exclusiva por el aliso (Alnus glutinosa), faltando el resto de especies arbóreas que acompañan a éste en las alisedas ribereñas. Por debajo, aparecen especies arbustivas como el sauce ceniciento (Salix atrocinerea) y densas macollas de cárices (Carex paniculata ssp. lusitanica).
El relieve de la zona está profundamente marcado por las importantes oscilaciones del nivel de mar que han tenido lugar desde finales del Terciario y el Cuaternario. Es fácilmente observable una plataforma escalonada y ligeramente inclinada hacia el mar, la rasa, cuyos escalones representan la situación de los sucesivos acantilados y niveles que alcanzó el Cantábrico en los últimos tiempos geológicos.
Los periodos de descenso del nivel de base del mar supusieron el encajamiento de los valles fluviales sobre la plataforma de abrasión. Así debió de ocurrir en el arroyo del Acebo, formándose las actuales foces. Al contrario, en los periodos de transgresión marina, las aguas del mar inundaron los tramos finales de los valles fluviales formando rías y estuarios. El estuario que debió de existir en la playa de Vega puede relacionarse con la transgresión marina flandriense, posterior a la última de las glaciaciones, el Würm. Al oeste de la desembocadura del Acebo, pueden apreciarse vestigios de lo que debió de ser el acantilado durante este periodo transgresivo.
En cuanto a la geología del sustrato rocoso, además de las ya mencionadas cuarcitas, aparecen en los acantilados materiales mesozoicos. Éstos ofrecen unos afloramientos excepcionales en una de cuyas secciones se ha definido el estratotipo de la Formación Vega, siendo posible observar un conjunto de formaciones de edad jurásica, excelente ejemplo de diferentes modelos de sedimentación marina y continental. Los materiales de carácter marino están representados por calizas y margas con abundantes restos de organismos fósiles, mientras que los materiales de carácter fluvial forman una serie de areniscas, lutitas y conglomerados silíceos, que tiene como aspecto más relevante la frecuente aparición de icnitas, huellas de dinosaurios, bípedos o tetrápodos, que han permitido incluir este enclave en la denominada Ruta de los Dinosaurios que discurre entre Tazones y Ribadesella.
Ya en la playa de Vega, aparece a la izquierda del arroyo del Acebo un campo dunar de escasa entidad pero notable valor ambiental. Dicho campo dunar debió de existir también en el sector oriental de la playa, pero en ese punto su deterioro ha sido mayor.
En su mayor parte, está ocupado por la vegetación que se ha denominado de dunas blancas, es decir, herbazales de barrón (Ammophila arenaria subsp. australis), una gramínea de porte alto y hojas largas y agudas que forma densas macollas. Además, aparecen: la lechetrezna de las dunas (Euphorbia paralias), fácilmente reconocible por el líquido lechoso que exudan sus tallos al ser cortados, la correhuela de las dunas (Calystegia soldanella), especie de flores acampanadas de color rosado muy similar a la habitual correhuela de los cultivos o el nardo marítimo (Pancratium maritimum), especie de grandes flores blancas y catalogada como de Interés especial en el Catálogo Regional de Flora Amenazada. Este tipo de formación se desarrolla en aquellas áreas de la duna donde no llega el oleaje más que de forma extraordinaria, durante los mayores temporales del año.
Al contrario, en aquellas áreas que son alcanzadas por el oleaje con más frecuencia, los golpes de mar no permiten el desarrollo de la vegetación de dunas blancas, ocupándose el espacio por las comunidades de dunas embrionarias, formadas por herbazales más ralos de grama de mar (Elymus farctus subsp. boreatlanticus), especie de gramínea diferenciable fácilmente del barrón por su menor porte, y en los que también aparecen la lechetrezna de las dunas, la correhuela y el cardo marítimo (Eryngium maritimum). Este tipo de formaciones ha incrementado su superficie en los últimos años, al desestabilizarse el cordón de dunas blancas por el cambio de curso del divagante arroyo del Acebo.
Por detrás de las dunas blancas debió de situarse, otrora, la vegetación de dunas grises, caracterizada por la abundancia de matas y especies de ciclo de vida más largo que las anteriores. Sobreviven, no obstante, pequeñas poblaciones de manzanilla bastarda (Helichrysum stoechas) y mosquitas doradas (Linaria supina subsp. maritima), especie que por aparecer exclusivamente en este punto del litoral asturiano ha sido catalogada como en peligro de extinción.
Se pueden observar varias especies de la avifauna costera como gaviotas (Larus sp.) y cormoranes (Phalacrocorax sp.), junto con otras aves limícolas que aparecen fundamentalmente durante los pasos migratorios.
Por otra parte, las paredes del desfiladero de Entrepeñes son un lugar adecuado para la nidificación de halcón peregrino (Falco peregrinus), incluido en la categoría de Interés Especial en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Fauna Vertebrada del Principado de Asturias. Entre las especies incluidas en dicho catálogo se encuentra citada además la rana verde (Rana perezi), y es muy probable la presencia de rana de San Antón (Hyla arborea), ambas catalogadas como vulnerables.
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